Celebrar con los niños los acontecimientos importantes o momentos especiales de un ser que dio mucho por nosotros y que se llama Jesús, integrándolos en la cultura cristiana, conociendo su historia, ese es el objetivo que como colegio con valores cristianos nos proponemos. Hemos tenido oportunidad de visitar la exposición, la cual nos muestra momentos de la pasión, muerte y resurrección de Jesús.
Contemplar la grandeza del hijo
de Dios en miniatura es hacer que los niños vayan a Él, los ojos de nuestros
pequeños se han detenido curiosamente en cada una de las figuras, que con
asombro y admiración disfrutaron.
Velas encendidas con tanta luz como la que irradian cada uno de nuestros pequeños, iluminan cada paso de ese Jesús que sale a su encuentro, valores incomparables encuentran en cada figura, la humildad de un Rey que entra en una borriquita saludando al pueblo que tanto le necesita,
que se hace
pequeño para servirnos y ayudarnos,
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luto y recogimiento, así lo vivió María,
confiando en ver a su hijo resucitar al tercer día.
Un madero, martillo, clavos y
corona se convierten en signo de adoración y gloria, curiosos observaban cada
uno de esos signos,
de rodillas ante la cruz rezaban a un Cristo que sigue vivo, la cruz es testigo de un amor infinito que se desborda en cada corazón seamos grandes o pequeñitos.
Los niños no dejan nunca de ser
nuestros maestros y así lo demostraron en el Vía Crucis admirando al Rey que alzaban en el madero, respeto y admiración se les veía a los pequeños
quienes luego en clase trabajaron con mucho empeño.